miércoles, 24 de diciembre de 2014

Felicitación navideña para los amigos

De la mano de Santa Teresa de Jesús y de El Greco que recordamos especialmente este año y que son maestros en conducirnos ante el Misterio que celebramos estos días, os hago llegar mis deseos de una feliz Navidad y de un año 2015 vivido en la presencia del Dios todopoderoso que se hace Niño por nosotros..




La Natividad
El Greco (1603-1605)
es.wikipedia

«No os pido más que le miréis»

No os pido ahora que penséis en Él ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. Pues ¿quién os quita volver los ojos del alma, aunque sea de presto si no podéis más, a este Señor? Pues podéis mirar cosas muy feas, ¿y no podréis mirar la cosa más hermosa que se puede imaginar?

Pues nunca, hijas, quita vuestro Esposo los ojos de vosotras. Haos sufrido mil cosas feas y abominaciones contra El y no ha bastado para que os deje de mirar, ¿y es mucho que, quitados los ojos de estas cosas exteriores, le miréis algunas veces a Él? Mirad que no está aguardando otra cosa, como dice a la esposa, sino que le miremos. Como le quisiereis, le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no quedará por diligencia suya.

Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección, XXVI, 3

martes, 9 de septiembre de 2014

El matrimonio entre dos cristianos


Homilía en la boda de Pablo Cantero y Alba Reyes

Pastrana (Guadalajara), 6 de septiembre 2014
Iglesia Colegiata de Nuestra Señora de Asunción


Cantar de los Cantares 2, 8-17: «Mi amado es mío y yo soy suya»
Salmo 116: «Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante»
Efesios 4, 1-6: «esforzándoos en mantener la unidad… con el vínculo de la paz»
Juan 17, 20-26: «que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea»


Queridos Pablo y Alba:

                Me gustaría hablaros con el corazón hoy del matrimonio cristiano, más exactamente del
Vista de Pastrana
matrimonio entre cristianos, de lo que es y significa, partiendo de las lecturas que con tanto esmero habéis elegido para vuestra boda.

                De por sí el matrimonio no es algo específicamente cristiano, sino que es una realidad humana, que forma parte del orden natural, del «orden de la creación», diríamos con un lenguaje más teológico. Dios ha creado al hombre varón y mujer y ha inscrito en su ser, en su cuerpo y su alma, la vocación, la llamada al amor, a casarse, a fundar una familia, por eso en el primer relato de la creación que encontramos en el primer libro de la Biblia se afirma: «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó». Y en el segundo relato de la creación, en el mismo libro del Génesis se añade: «por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos serán una sola carne». En el ser mismo del hombre, de todo hombre y mujer, de ti Pablo y de ti Alba, está inscrita esta vocación, este anhelo al matrimonio, a crear una familia. Un deseo que nos mueve, nos hace peregrinar en busca de este amor, de la belleza, como muchas veces me has contado, Pablo, desde que nos conocimos en las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia.

                Pero entonces, ¿qué añade al matrimonio natural la dimensión cristiana? ¿Qué es lo específico del matrimonio cristiano? ¿Qué es lo que lo caracteriza, que lo hace tal? Un principio fundamental del cristianismo que nunca debemos olvidar es que lo cristiano no quita nada a lo que es auténticamente humano, ni lo elimina, sino que lo supone, como diría santo Tomás de Aquino; más aún, lo asume, lo purifica y lo eleva a un nuevo horizonte, a significar una realidad nueva, trascendente. Estas tres acciones son fundamentales para entender lo que aporta el cristianismo a cualquier realidad humana: asumir, purificar, elevar.

           Aplicando esto, el matrimonio entre cristianos no es algo totalmente nuevo que no existía antes, sino que es el mismo matrimonio natural, con sus características propias de exclusividad, fidelidad, fecundidad. La primera lectura que habéis elegido y proclamado juntos, Pablo y Alba, tomada del Cantar de los Cantares, refleja esa experiencia humana tan arrebatadora del enamoramiento, del eros, que forma parte del amor esponsal verdadero. Este libro bíblico es un canto a la belleza del amor, que tanto nos fascina: «Habla mi amado y me dice: “Levántate, amada mía, hermosa mía y vente”... Mi amado es mío y yo soy suya».
             
Pablo y Alba entrando en el comedor

                Sin embargo, el cristianismo no solo asume lo humano sino que también lo purifica de esas impurezas que se adhieren a causa de nuestro pecado. Jesús habla en el evangelio de la dureza del corazón que motivó que Moisés permitiera el repudio. ¿Cómo no reconocer que nuestro amor muchas veces es frágil, miedoso, egoísta, posesivo, inmaduro? También la belleza de la pasión que canta el Cantar de los Cantares puede pervertirse a causa de esa inclinación al mal que todos llevamos dentro. El matrimonio entre cristianos exige que permanezcamos siempre en un camino de purificación, de conversión, de ir venciendo el pecado para ser nuevas criaturas capaces de amar como Cristo nos enseñó. Esto lo podremos hacer en la medida en que nos mantengamos unidos a Él ya que por nuestras solas fuerzas no podemos.

En la segunda lectura que habéis elegido de la Carta a los Efesios se habla de este esfuerzo de purificación necesario para que vuestro amor sea cada vez más auténtico y liberador, haciéndoos crecer como personas y cristianos. El apóstol Pablo os exhorta en el texto que habéis escogido a «sobrellevaos mutuamente con amor, esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz». La vida cristiana si es auténtica tiene su parte de esfuerzo, de penitencia, de cruz, ya que bien conocemos la fuerza del pecado que habita en nosotros.

Y finalmente, el cristianismo eleva la realidad humana a una nueva dimensión. El matrimonio
Jornada Mundial de la Juventud de Colonia (2005)
Pablo es el séptimo empezando por la derecha
entre cristianos es sacramento, es signo e instrumento del amor de Dios para la humanidad, de Cristo para la Iglesia. Lo significa y lo hace presente. Es decir, que el matrimonio cristiano está llamado a hacer presente en este mundo el amor de Dios. Esta es la verdadera misión del matrimonio entre cristianos. Para que este mundo en el que existe tanta maldad, tanto egoísmo, tanta desunión y guerra, pueda creer en Dios, en su amor, es necesario el testimonio de matrimonios verdaderamente cristianos. Es lo que pedía Jesús en la oración sacerdotal que encontramos en el evangelio de Juan y que hemos escuchado hace poco: «como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me ha enviado».

Convento del Carmen de Pastrana
Fundado por santa Teresa de Jesús
El cristiano es el que ha conocido el amor de Dios, que se ha encontrado en su vida con el Señor, con su amor misericordioso y se ha sentido salvado, «liberado de los lazos del abismo», de las «redes del muerte», como dice el salmista, y que ahora «alza la copa de salvación para dar gracias al Señor», y se siente llamado a dar testimonio de este amor en el mundo también a través de su matrimonio.


                Queridos Pablo y Alba, nos encontramos en este bello lugar, en esta villa ducal de Pastrana que conserva la memoria del paso de santa Teresa de Jesús y de san Juan de la Cruz, en esta hermosa Iglesia Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción. Aquí delante del presbiterio una cofradía local ha colocado una bella talla de la Virgen de la Almudena, patrona de diócesis de Madrid. Os encomendamos a María, a nuestra Madre del cielo, para que interceda a su Hijo por vosotros, para que no os falte nunca el vino bueno del amor. También en el retablo detrás del altar mayor están representadas algunas de la mujeres cristianas valientes de los primeros siglos de la Iglesia, entre ellas la patrona de nuestra parroquia, santa Catalina de Alejandría. A ella también os encomendamos para que vuestro amor sea fuerte y valiente y venza los engaños del mundo. ¡Que así sea!

lunes, 25 de agosto de 2014

El papa Francisco y el ecumenismo


Entrevista en Radio Exterior de España



Lo que sigue es el texto preparado para una entrevista que se me hizo en el programa Horizonte de Radio Exterior de España, presentado por el Padre Manuel Muñoz y emitida el sábado 16 de agosto de 2014.

-- Decir que el Papa Francisco está siendo un auténtico acontecimiento es quizás decir poco, aunque bien sabido. Sus pasos, sus gestos, sus palabras, sus viajes, sus decisiones se siguen al detalle y por doquier. Hoy queremos detenernos en una sus aportaciones que quizás estén pasando más desapercibidas. Nos referimos a su impulso a la unidad de los cristianos y al diálogo interreligioso. Para ello, y centrándose, sobre todo, en su peregrinación a Tierra Santa de los días 24 a 26 de mayo pasado, conversamos con Manuel Barrios Prieto, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales, de la CEE.

-- Manuel, ¿estás de acuerdo con nosotros en que quizás la dimensión ecuménica del ministerio del Papa Francisco esté pasando un tanto desapercibida en comparación con otras dimensiones de su tan espléndido servicio? ¿Cuál es su razón?

Al ser tan rico el pontificado de papa Francisco en gestos y palabras, relacionados con distintos ámbitos de la vida de la Iglesia y de la sociedad, que van de la familia a la preocupación por los pobres, a la justicia social, a la búsqueda de la paz, a la reforma de la curia etc., la dimensión ecuménica puede que no destaque tanto en un determinado momento y en lugares donde no es una cuestión prioritaria como en España, donde la presencia de otras Iglesias es minoritaria. Sin embargo, debemos tener presente que esta dimensión, como también la interreligiosa, está presente desde el mismo comienzo del pontificado de este papa y es ciertamente una de sus prioridades.

-- El 16 de junio pasado Francisco recibió, ya por segunda vez, al primado anglicano, al arzobispo de Canterbury, Justin Welby. Un apunte primero sobre el anglicanismo y sobre los puentes de diálogo, encuentro y unión.

El diálogo ecuménico con la comunión anglicana que empezó con fuerza a finales
              Fuente de la imagen: elheraldo.hn 
del siglo XIX ha pasado por distintos momentos, algunos en los que la unión parecía estar al alcance de la mano, como cuando en los años 80 se debatía la Relación Final de la Comisión
Internacional de Diálogo Anglicano-Romano Católica que parecía haber alcanzado un consenso amplio en temas como la Eucaristía, el ministerio ordenado y el ejercicio de la autoridad, a otros, como el actual, donde algunas decisiones tomadas en el ámbito de la comunión anglicana, como la ordenación de mujeres o la bendición de uniones de parejas del mismo sexo, han creado obstáculos que pueden parecer insalvables.

-- En el final de su discurso a Welby, Francisco apostó por avanzar hacia la unidad a través de la tres “p”: (prayer/plegaria; peace/paz; poverty/pobreza). Más allá de lo ingenioso y didáctico de la idea, ¿nos glosas y concretas su significado?

            Teniendo en cuenta la dificultad del diálogo ecuménico con la comunión anglicana en la actualidad, es muy significativa la insistencia del papa en que aunque la plena unidad pueda parecer una meta lejana, sigue siendo la meta. No nos podemos limitar solo a hacer cosas juntos por el bien de la humanidad, como la muy importante iniciativa del Global Freedom Network, una plataforma en la que participa la Iglesia católica, junto con los anglicanos y los musulmanes, para luchar contra las formas modernas de esclavitud. Debemos esforzarnos por caminar juntos hacia la unidad sin dejarnos desanimar por las dificultades que tampoco podemos fingir que no existen. En esta línea se enmarca esa idea de las tres ‘p’ -plegaria, paz, pobreza- que nos ofrece unas orientaciones de base para seguir adelante con confianza disponiéndonos para el actuar de Dios que es el verdadero agente de la unidad. Por tanto, junto al seguir profundizando en el diálogo teológico, hay también que seguir adelante con el diálogo de la vida, orando juntos, buscando caminos de paz, optando por los pobres. Esta es el camino para disponernos a la plena unidad que es un don de Dios y que llegará cuando Él quiera y como Él quiera, retomando una célebre expresión del abad Couturier.

-- Aun cuando la Santa Sede está siendo sumamente cautelosa al respecto, ¿de qué datos disponemos sobre los ordinariatos, instaurados en 2010 por Benedicto XVI para anglicanos que abrazan la comunión plena con la Iglesia católica?

            Tenemos pocos datos. Parece que el número de fieles que han sido acogidos en ellos no es tan elevado como se esperaba en un principio. El primero que se creó fue el Nuestra Señora de Walsingham para acoger a los anglicanos ingleses y, según algunas publicaciones, el número de miembros puede rondar los 1500 incluyendo unos 90 exministros ordenados. Para los otros ordinariatos, como el de Estados Unidos y el de Australia, no tenemos datos oficiales.

En relación a esto es significativo lo que dijo papa Francisco en su primer encuentro con Justin Welby hace un año, cuando agradeció la comprensión que han tenido los anglicanos de los motivos que llevaron a Benedicto XVI a instituir estas estructuras canónica para acoger a los anglicanos que querían unirse a Roma también de forma corporativa.

 -- ¿Tienes alguna referencia sobre cómo se viven dentro del anglicanismo este tema?

            Cuando en 2009 se anunció la Constitución Apostólica de Benedicto XVI sobre este tema, se emitió una declaración conjunta del arzobispo católico de Westminster y el entonces primado de la Comunión Anglicana, el doctor Rowan Williams, que hablaba de los ordinariatos como fruto del diálogo ecuménico. Por tanto, oficialmente esta iniciativa tuvo una buena acogida ya que venía a resolver una cuestión interna complicada de la comunión anglicana en la que había muchos que querían marcharse después de las decisiones que algunas Iglesias locales habían tomado sobre asuntos debatidos.

-- Una de las fotos del viaje de Francisco a Tierra Santa fue la de su abrazo en el Muro de las Lamentaciones con un rabino y un imán, los tres amigos y los tres argentinos.  ¿Nos cuentas?

Es una de esos gestos espontáneos del papa que ya forman parte de su
Fuente de la imagen: clarin.com
Pontificado y que expresan mucho más que muchas palabras. Ese abrazo ante el muro occidental que delimitaba el monte del templo, el lugar más sagrado del mundo para muchas personas y que ha sido motivo también de tantos enfrentamientos, expresa el anhelo de paz ínsito en toda auténtica religión y en todo hombre de bien y la importancia de los lazos de auténtica amistad.

-- En varias ocasiones, Francisco ha afirmado que la unidad de los cristianos está en el camino, que la unidad llegará caminando. Un comentario tuyo al respecto.

            La imagen del camino es muy utilizada por el papa y lo es en contextos diversos. Yo me atrevería a decir que para él está muy ligada a ese texto del evangelio de san Lucas de los discípulos de Emaús que se encuentran con el Señor resucitado, texto que él ha citado en discursos importantes como el que pronunció ante los obispo brasileños durante la última Jornada Mundial de la Juventud, exhortándoles a acompañar a los que huyen de Jerusalén, de la Iglesia, dialogando con ellos y sabiendo entrar en sus noches. Caminando juntos, en un ecumenismo de la vida, escuchando al otro, meditando la Palabra de Dios juntos, se puede llegar a descubrir la presencia del Señor resucitado en medio de nosotros y quizás un día podamos llegar a partir el pan juntos.

-- Mucho revuelo informativo tuvieron las palabras del Papa Francisco, en la rueda de
Jesús con los discípulos de Emaús
Claustro del Monasterio de Santo
Domingo de Silos (Burgos)
Fuente de la imagen: fotoviajero.com 
prensa en el avión de regreso de Tierra Santa, sobre la praxis católica del celibato sacerdotal. La pregunta, realizada por un periodista alemán, se contextualizaba también en el ecumenismo, en concreto, en la relación con la Ortodoxia. ¿Qué dijo el Papa? ¿Qué relación tiene este tema con el ecumenismo?

            Lo que hizo el papa Francisco en esa rueda de prensa fue reiterar la doctrina tradicional católica de que el celibato no es dogma de fe y que ya existen sacerdotes católicos casados en las Iglesias de rito oriental que están unidas a Roma. Sobre lo que más insistió el papa es que este es un tema secundario en el diálogo ecuménico en el que es preciso abordar antes otros temas más importantes. También afirmó, como ya hemos señalado, que la unidad se hace al caminar juntos, orando juntos, trabajando juntos y ayudándonos mutuamente.

-- Nos centramos en el viaje a Tierra Santa de finales de mayo pasado. Su ocasión y su lema eran, hasta oficialmente, ecuménicas y hasta la misma iniciativa del viaje procedió del patriarca de Constantinopla. Unos apuntes sobre ello, Manuel.

            El viaje a Tierra Santa surgió con motivo del 50 aniversario del encuentro en
El papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras
Jerusalén, 5 de enero 1964
Jerusalén entre el papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras. Ese encuentro que tuvo lugar después de terminada la segunda etapa del Concilio Vaticano II, antes de que se aprobara la Constitución Dogmática sobre la Iglesia y los decretos sobre el ecumenismo y las Iglesias orientales, y que llevó a la revocación de los decretos de excomunión mutua entre las dos Iglesias, marcó un antes y un después en las relaciones ecuménicas.

-- ¿Esta prioridad ecuménica de la peregrinación a Tierra Santa puede quedar luego, al menos en la opinión pública y publicada, algo desdibujada, disminuida? ¿Por qué?

            Porque un viaje de un papa a Tierra Santa implica siempre varios aspectos junto al ecuménico, como el interreligioso, el político, el diplomático, el que hace referencia al apoyo a las comunidades cristianas locales, y hoy también hay que tener en cuenta en un viaje de un papa a esa región la situación de los refugiados, la persecución que sufren los cristianos y las guerras en los países cercanos. Cualquier palabra del papa y cualquier gesto, como tocar el muro que separa los territorios palestinos de Israel, puede tener mucha repercusión en los medios, dada la situación política en la región.

-- ¿Te esperabas más, te esperabas menos de la declaración conjunta suscrita en Jerusalén entre Francisco y Bartolomé?

Con el papa Francisco hay que tener presente, junto a las palabras, también los
El papa Francisco y el patriarca Bartolomé
     en la Basílica del Santo Sepulcro
Jerusalen, 25 de mayo 2014
gestos. Por eso, junto a la declaración conjunta fue muy significativa la celebración ecuménica que tuvo lugar en la basílica del Santo Sepulcro, ‘de donde todo nació’, como dijo el papa en el discurso que pronunció. De todos modos, también en su contenido la declaración conjunta con su solemnidad aborda los temas más importantes que preocupan a las dos Iglesias.

-- Se ha dicho que esta declaración fue una “carta”, “un decreto de validez” a estos 50 años últimos de ecumenismo. ¿Cuál es tu parecer?

            Sí, no estaría descaminada tal interpretación. Al regresar el patriarca Bartolomé de este encuentro en Jerusalén con el papa Francisco, habló de la posibilidad de un encuentro en Nicea en 2025. Un acontecimiento que podría ser importantísimo para restablecer la unidad de la Iglesia si tenemos en cuenta que en esa ciudad se celebró el primer concilio verdaderamente ecuménico en el año 325, del que salió el Credo que rezamos en nuestras celebraciones y que es expresión de la fe de la gran mayoría de cristianos, tanto de oriente como de occidente. También fue la introducción del ‘filioque’ en ese credo el motivo oficial del cisma.

-- En la declaración, Manolo, se habla de la importancia del que podíamos denominar ecumenismo ecológico o de lo creado. ¿Qué es, cuál es su transcendencia?

Sí, la salvaguardia de la creación es un tema importante en el ámbito ecuménico al que son sensibles la mayoría de las Iglesias y que surgió con mucha fuerza en la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias celebrado en Vancouver en 1983. En esa ocasión se exhortó a un compromiso de todos por la justica, la paz y la salvaguardia de la creación. En 1989 el entonces patriarca de Costantinopla habló con ímpetu sobre la importancia de este compromiso y se estableció una Jornada para la salvaguardia de la creación que se celebra desde entonces en muchas Iglesias el 1 de septiembre que coincide con el año nuevo ortodoxo.

También el papa Francisco, en la homilía de la misa de comienzo de su pontificado en la solemnidad de san José del año pasado, reflexionando sobre el término latino custos aplicado al esposo de María, insistió sobre la importancia de custodiar la creación que se nos ha confiado.

-- Hemos de ir concluyendo, Manolo. Un minuto y medio final en total para que nos compartas tu reflexión sobre los discursos de Francisco y Bartolomé en Jerusalén.

            Creo que más que los discursos hay que fijarse en los gestos, empezando por el
El papa Francisco con Shimon Peres y Mahmud Abbas
Fuente de la imagen: infonews.com
primero de todos que ha sido volver a encontrarse en Jerusalén 50 años después del histórico abrazo entre Pablo VI y Atenágoras. Yo también le doy mucha importancia a la oración que se hizo ante el sepulcro vacío de Jesús, lugar en el que tuvo lugar el acontecimiento del que nació la Iglesia una, que salió a anunciar la buena noticia de Jesús muerto y resucitado.

-- ¿Sabes cómo se han vivido en la Ortodoxia estas jornadas de Jerusalén?

            Es difícil decirlo porque el mundo ortodoxo es muy variado. Como también entre nosotros hay algunos que no ven con muy buenos ojos los gestos ecuménicos e interreligiosos del papa Francisco, esto pasa con más intensidad en el mundo ortodoxo. También hay que tener en cuenta los distintos patriarcados que existen en la Ortodoxia con sus distintas sensibilidades y la situación de los cristianos árabes en los países de la región.

-- Y por último, ¿cuál es el significado ecuménico de la histórica Oración por la Paz del 8 de junio? Y también su significado interreligioso.


            Sabemos lo importante que son para los cristianos de Palestina e Israel las relaciones entre la autoridad palestina y el estado de Israel. También sabemos que la paz es un don y que la oración puede hacer milagros y abrir caminos donde parece que no los hay.

sábado, 26 de julio de 2014

La dimensión social del evangelio de la familia




Intervención en el III Congreso Regional Familia y Sociedad
organizado por la Federación de Municipios de Madrid
Madrid, 12 de junio 2014
Salón de Actos del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid

Mesa VI: El valor de la religión en la familia


         En octubre 2008, en San Agustín de Guadalix, participé en el primer Congreso
Cartel del Congreso
Familia y Sociedad con una intervención en la que me centraba en el plan pastoral que la Iglesia de Madrid había emprendido, centrado en la familia, y cuyo lema, que resumía bien lo que perseguía, era: Vive la familia, con Cristo es posible. Tres años más tarde, en marzo de 2011, participé también en el II Congreso Familia y Sociedad celebrado en Alcobendas, esa vez hablando de El acoso a la familia, intentando hacer una lectura de la situación de la familia en nuestra sociedad a la luz de la fe. En esas dos ocasiones había sido invitado al congreso como delegado episcopal para la familia en la archidiócesis de Madrid. Este año los organizadores de este Congreso me han vuelto a hacer el honor de invitarme, aunque esta vez no ya como encargado diocesano de familia sino como responsable en la Conferencia Episcopal Española del Secretariado para el ecumenismo y el diálogo interreligioso.

         Agradezco mucho la invitación de los organizadores de este Congreso y me honra estar en esta mesa con representantes de otras Iglesias cristianas y otras religiones para tratar un tema tan importante como el Valor de la religión en la familia. Aunque el título que se ha puesto e mi breve intervención es la participación de la familia en la vida de la Iglesia, quisiera, en cambio, porque creo que es más actual e interesante para nosotros hoy, hablar de lo que está significando el pontificado del papa Francisco para la familia; un pontificado que nos entusiasma y llena de esperanza para el futuro de la Iglesia y del mundo, un pontificado ejercido con palabras pero también con gestos; y quiero hablar de ello desde la perspectiva ecuménica e interreligiosa que caracteriza esta mesa.

         Por brevedad voy a decir inmediatamente la tesis que quiero defender en esta
El papa Francisco comiendo con los obreros del Vaticano

breve intervención, que es la siguiente: creo que el papa Francisco ha vuelto a poner en el centro de la enseñanza, la acción, y el sentir de la Iglesia la dimensión social de la buena noticia de Jesús. Durante muchos años, quizás por miedo a algunos excesos que se dieron en la etapa posconciliar mezclando indebidamente evangelio y marxismo, nos olvidamos o pusimos en un segundo plano el contenido ineludiblemente también social del kerygma cristiano, es decir, el hecho de que “en el corazón mismo del evangelio está la vida comunitaria y el compromiso con los otros, especialmente con los pobres’ (cfr. Evangelii gaudium, 177). Esto que vale para toda auténtica religión que nunca se puede limitar a la sola relación personal, individual y privada con Dios, vale aún más, si cabe, para el cristianismo, que debe intentar hacer presente en el mundo el reino de Dios cuya llegada anunciaba Jesús; ese reino de fraternidad, de justica, de paz, de dignidad para todos que acontece cuando Dios reina en el mundo, que era el gran sueño del Señor, el motor de su vida, el mensaje central de sus parábolas.

         La dimensión social de la evangelización es el título del cuarto capítulo la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, un documento del papa Francisco que quiere ser programático para la vida y la misión de la Iglesia en los próximos años, pero a esta dimensión ya se aludía cuando el papa dijo a los periodistas al empezar su ministerio que quería una «Iglesia pobre y para los pobres», y ha estado presente en tantos gestos y palabras a lo largo de este año y pocos meses de pontificado. El papa Francisco nos invita a escuchar el clamor de los pobres al que muchas veces hacemos oídos sordos, a darnos cuenta de «la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana», a vivir una caridad efectiva para con el prójimo, a realizar «gestos simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos», pero también «a colaborar con todas las personas de buena voluntad para cambiar las causas estructurales de la pobreza». Estas son algunas de las indicaciones que encontramos en la Exhortación Apostólica La Alegría del Evangelio a la que he hecho referencia.

         Este sueño de Jesús del reino de Dios, esta ineludible dimensión social del
amazon.es
evangelio de la que habla el papa, este hacernos cargo de los demás sobre todo de los más pobres que está también presente en la enseñanza de las demás grandes religiones, debe interpelarlos a todos, a los cristianos y a los miembros de otras religiones y a los hombres y mujeres de buena voluntad, y esta dimensión afecta también a lo que debemos decir y hacer en el ámbito de la familia.

         Es verdad, y es lo que yo he defendido en las otras ponencias que he tenido en las anteriores ediciones de este Congreso Familia y Sociedad, que la Iglesia tiene algo que decir acerca de la naturaleza y la misión del matrimonio y la familia en nuestra sociedad y es importante que lo diga con valentía frente a los embestidas del secularismo que da la espalda a la trascendencia del hombre y tiende a negar lo que la razón ya intuye de la esencia del matrimonio como una unión estable de un hombre y una mujer abierta al don de la vida. La Iglesia además, a la luz de la revelación y de la enseñanza de Jesús, aclara la indisolubilidad del matrimonio y el recto uso de la sexualidad. En cuanto que sacramento en la Iglesia católica, el matrimonio se vuelve un signo eficaz del amor de Dios que ayuda a los esposos a vivir la caridad cristiana entre ellos y con todos.

         Sin embargo, creo que este papa «venido de las periferias del mundo», ha vuelto a poner en el centro de nuestra atención y preocupación esta dimensión social que habíamos algo descuidado, diciéndonos cosas como la siguiente que encontramos en la Evangelii gaudium: «No nos preocupemos sólo por no caer en errores doctrinales, sino también por ser fieles a este camino luminoso de vida y de sabiduría. Porque “a los defensores de ‘la ortodoxia’ se dirige a veces el reproche de pasividad, de indulgencia o de complicidad culpables respecto a situaciones de injusticia intolerables y a los regímenes políticos que las mantienen”» (n. 194). 

       

     Teniendo esto presente, creo que ni los católicos, ni los demás cristianos y miembros de otras religiones, ni ningún hombre y mujer de buena voluntad puede quedar indiferente antes los datos que hemos conocido en las últimas semana del Instituto Nacional de Estadísticas y de algunas ONG que nos hablan de la pobreza en España y muy especialmente de la pobreza infantil, que señalan una tasa de riesgo de pobreza y exclusión social en la población infantil de hasta el 33,8%. Según estos estudios, España tiene la segunda tasa más alta de pobreza monetaria en menores, solo por detrás de Rumanía, y por delante de Bulgaria y Grecia. Estos datos se traducen en la vida de estos niños y sus familias en cosas muy concretas como no poder pagar la hipoteca o el alquiler, no poder afrontar la calefacción, no poder hacer frente a pagos inesperados, no comer proteínas regularmente, no tener televisión, lavadora, coche y teléfono, etc.

         En su reciente viaje a Tierra Santa, el papa Francisco en la homilía que pronunció en la misa celebrada en la Plaza del Pesebre de Belén, habló de los niños diciendo: «todo niño que nace y crece en cualquier parte del mundo, es signo diagnóstico, que nos permite comprobar el estado de salud de nuestra familia, de nuestra comunidad, de nuestra nación»; y añadía: «Tal vez ese niño llora. Llora porque tiene hambre, porque tiene frío, porque quiere estar en brazos… También hoy lloran los niños, lloran mucho, y su llanto nos cuestiona. En un mundo que desecha cada día toneladas de alimento y de medicinas, hay niños que lloran en vano por el hambre y por enfermedades fácilmente curables. En una época que proclama la tutela de los menores, se venden armas que terminan en las manos de niños soldados; se comercian productos confeccionados por pequeños trabajadores esclavos. Su llanto es acallado. ¡El llanto de estos niños es acallado! Deben combatir, deben trabajar, no pueden llorar. Pero lloran por ellos sus madres, Raqueles de hoy: lloran por sus hijos, y no quieren ser consoladas (cf. Mt 2, 18)».

Concluyendo, creo que entre las cosas que puede aportar hoy la religión a la familia, en consonancia con el magisterio del papa Francisco, es una renovada sensibilidad hacia este llanto de los niños, hacia el clamor de los pobres, hacia el grito que nos molesta escuchar y que con frecuencia acallamos, junto a un compromiso firme por construir entre todos un mundo más justo en el que se reconozca el valor inconmensurable que tiene toda criatura humana a los ojos de nuestro Dios y creador.

Me van a permitir terminar esta intervención rezando una plegaria para los niños que me ha llegado a través de Internet, atribuida a veces equivocadamente a papa Francisco, pero que refleja muy bien su espíritu, ese espíritu que se caracteriza por tener muy presente la dimensión social de nuestra fe sin caer en los falsos atajos de la lucha de clases:

Quiero pedir por los niños que dejan
sus dedos llenos de chocolate en todo lo que tocan,
que saltan en los charcos
y arruinan sus pantalones nuevos,
que comen dulces antes de la comida y
que nunca encuentran sus zapatos en la mañana...

Quiero pedir por los niños que miran
a los fotógrafos desde atrás de los alambres de púas,
que nunca han caminado por la calle
con un par de zapatos nuevos,
que nunca han jugado "encantados"
y que han nacido en lugares a donde
nosotros jamás nos acercaríamos,
que es donde probablemente morirán...

Quiero pedir por los niños que nos dan
besos pegoteados de caramelo y ramos de flores,
que duermen con su perro
y quieren enterrar a sus pescaditos,
que nos abrazan muy fuerte y que olvidan
su dinero para la merienda,
que riegan la pasta de dientes por todo el baño,
que observan con ojos asombrados
a su padre cuando se afeita y
a su madre mientras se maquilla,
que hacen ruido cuando toman la sopa...

Y también quiero pedir por los niños que
nunca han comido postre, que no tienen cobija favorita
que llevar a todos lados,
que ven a sus padres sufrir,
que se acercan a nuestros coches en cada
crucero pidiendo con sus ojos,
que no tienen baños para asearse,
y cuyas fotos aparecen en las estaciones
de policía y no en las oficinas de sus padres...

Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas
suceden a plena luz del día, que comen lo que encuentran,
que duermen bajo el cielo abrigados por
periódicos, que nunca han ido al dentista,
que no reciben mimos de nadie,
que van a dormir hambrientos
y despiertan hambrientos,
que no tienen dirección...

Quiero pedir por los niños
a quienes les gusta que los carguen
y por aquellos que tienen que ser cargados,
por los que se dan por vencidos y
por los que siguen luchando,
por los que no encuentran manos que tomar...

Por todos esos niños, Señor,
quiero pedir el día de hoy, porque
todos son valiosos, dan una nueva forma
de amor a nuestras vidas y una razón para vivir,
porque ellos nos hacen sentir la necesidad
de comprometernos a construir
un mundo más justo...

Rezo y pido por nuestros hijos,
los que nacieron y los que nacerán,
porque son la mejor esperanza para
nuestro mundo, la compensación de nuestro
trabajo, la realización de nuestros sueños
incompletos,
la garantía de nuestra inmortalidad...
y la muestra de que Dios no ha perdido
la esperanza en los hombres...

Por todos los hijos del mundo...
para que DIOS los bendiga con amor
y alegría.

Amén.

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