martes, 12 de julio de 2016

Jesucristo, buen pastor, rostro de la misericordia divina


Homilía, 17 de abril 2016

en la Jornada de Diálogo Interreligioso organizada por el Diálogo Interreligioso Monástico (DIM) y otras instituciones
Colegio Santísimo Sacramento (Calle Arturo Soria, 208 Madrid)

Jornada mundial de oración por las vocaciones


Queridos hermanos y amigos:

Celebramos esta Eucaristía de acción de gracias, clausurando este hermoso día de
convivencia interreligiosa en el cuarto domingo de Pascua, domingo del buen Pastor, Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebra este año con el lema: “La Iglesia, madre de las vocaciones”. En el mensaje del papa Francisco para esta Jornada se dice que la vocación nace en la Iglesia, crece en la Iglesia y está sostenida por la Iglesia. Celebramos hoy esta Eucaristía pidiendo por esta intención.

Cuando convivimos con personas de distintas religiones, como hemos hecho hoy, nos enriquecemos, ya que descubrimos en estas personas y en sus tradiciones “destellos de aquella Verdad que ilumina todos los hombres”, como dice el Concilio Vaticano II en la Declaración Nostra aetate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. En otro documento más reciente, de 1991, promulgado conjuntamente por el Pontificio Consejo para el Dialogo Interreligioso y la Congregación para la Propagación de la Fe, titulado Diálogo y anuncio, se concretan las distintas formas de diálogo interreligioso, y se habla del diálogo de la vida, de la acción, del intercambio teológico, y de la experiencia religiosa. Hoy aquí hemos hecho experiencia de todos ellos, enriqueciéndonos como personas y por eso damos gracias al Señor y a los que han organizado con mucho esfuerzo esta Jornada.

La Eucaristía que estamos celebrando es memorial de Jesús, de su vida y de su muerte, de su entrega por nosotros. Él es el pastor bello, hermoso (kalós), bueno, que nos conoce de verdad, en lo más profundo de nuestro ser, que conoce nuestro verdadero nombre, ese nombre nuevo que él nos quiere dar. Jesús, buen pastor, que da su vida por sus ovejas, es el rostro de la misericordia de Dios.

Hoy hemos podido profundizar junto con nuestros hermanos y amigos de otras religiones lo que implica la misericordia divina, que es para nosotros el atributo más importante de Dios. En latín el termino misericordia, miseri-cors, indica esa actitud del corazón (cors) que se hace cercano al mísero (miseri), al pobre, al que sufre, al pecador, que se pone a su lado y de su lado. En el Antiguo Testamento hay tres términos relacionados con esta actitud: rahamim, que expresa el apego instintivo de un ser a otro, que tiene su sede en las entrañas maternas, hanan que se suele traducir como ternura, y hesed, que indica una relación entre dos personas marcada por la fidelidad y en caso de Dios, por su fidelidad a sí mismo, no obstante el pecado y la obstinación del pueblo. “Dios es injusto solo con él mismo”, dirá un conocido teólogo ecuménico. Todos estos términos están presentes en la autorevelación de Dios a Moisés en el monte Sinaí: “Señor, Dios compasivo (rahum) y misericordiosos (hanun), lento a la ira y rico en clemencia (hesed) y lealtad” (Ex 34, 6).

En Jesús la misericordia de Dios se hace carne. En él, en su enseñanza, en su vida, en su muerte, se nos revela y se hace presente la misericordia de Dios de un modo pleno. Todo en él expresa misericordia: sus parábolas, como la del buen samaritano o la del hijo pródigo, su vida compartida con los pecadores y los publicanos, con los pobres y los que sufren, y su muerte en la cruz entre dos malhechores. En él descubrimos lo que realmente significa misericordia, descubrimos las entrañas de Dios, su pathos. Dios no tiene pasiones, pero sí tiene pathos, porque así se nos ha revelado, en contra de lo que puedan pensar algunos filósofos metafísicos.

De hecho, la misericordia divina, centro de la revelación que Dios hace de sí mismo
recogida en la Sagradas Escrituras, tardó tiempo en ser plenamente asimilada por los primeros pensadores cristianos. Éstos estaban condicionados por la filosofía griega que, en oposición a los mitos paganos de dioses con pasiones antropomórficas indignas de la divinidad, hablaban de Dios como el motor inmóvil, impasible, ‘que no tiene amigos, ni necesita de ellos’, totalmente autosuficiente y no afectado por sus criaturas. “En esta noción metafísica de Dios no hay espacio para la misericordia porque ella no deriva de la esencia divina, sino de su autorevelación”, dirá Kasper.

Curiosamente algunos filósofos modernos en cambio, si intuyeron que el Dios bíblico era sobre todo misericordioso, a veces también para rechazar este atributo como indigno de la divinidad, pero sobre unas bases totalmente distintas. Uno de ellos es Nietzsche. Hay dos célebres frases de este filósofo anticristiano que paradójicamente nos pueden ayudar a profundizar en lo que significa la misericordia divina. Una de ellas es: “Así me dijo el demonio una vez: ‘También Dios tiene su infierno, es su amor a los hombres’”; y la otra: “Dios ha muerto. Su compasión por los hombres es lo que le ha matado”. Nietzsche tenía razón: Dios sufre por los hombres. Sin embargo, contrariamente a lo que este filósofo piensaba, esto no es signo de debilidad en Dios, sino de fuerza, no es imperfección, sino perfección del amor. De ahí que Jesús, el buen pastor, afirme: “Por eso me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente”. Santa Catalina de Siena solía repetir: “No fueron los clavos los que mantuvieron Jesús atado a la cruz, sino su amor”. La misericordia no es imperfección, sino perfección del amor.

Dios es así, hermanos y hermanas, sin límites en su amor y esto es lo estamos llamados
a descubrir en este Año Santo de la Misericordia. En Jesús, Dios se ha hecho próximo a nosotros, a nuestra miseria y pecado, se ha puesto de nuestra parte. En esta Eucaristía que celebramos clausurando esta bella Jornada, la misericordia de Dios se hace presente aquí y ahora para nosotros, se nos pone realmente al alcance de la mano. Podemos en este momento no solo hablar de ella, sino sentirla presente y actuante en nuestras vidas.


Vamos a pedirle al Señor hoy por las vocaciones, sobre todo por las vocaciones a hacer presente en medio de los hombres, en medio de nuestra sociedad triste y egoísta, al buen pastor, al pastor misericordioso que conoce a sus ovejas y las llama por su nombre, que las cuida y da su vida libremente por ellas, que las lleva a la vida eterna. También pedimos por la paz y el entendimiento entre las religiones. ¡Que Maria, reina de la paz, nos proteja y guíe hacia la paz verdadera! Amén.

jueves, 17 de marzo de 2016

Judíos y católicos: De enemigos y extraños a amigos y hermanos

Homilía en la festividad de la Congregación de Nuestra Señora 
de Sión en el Centro de Estudios Judeo–Cristianos de Madrid
20 de enero 2016

Lecturas: Isaías 62, 1-5; Salmo 95; Juan 2, 1-11

Queridos amigos y hermanos:

Saludo muy cordialmente a las autoridades y a los miembros de la comunidad judía presentes en esta
Entre otros, estuvieron presentes en la celebración: D. Isaías Barroso,
director del CEJC; D. José Miguel García, director del
Secretariado de la CEE para la Educación y la Catequesis...  
celebración, a los sacerdotes concelebrantes, a las personas ligadas a este Centro de Estudios Judeo-Cristianos de Madrid, que lleva ya más de 40 años realizando una labor encomiable de acercamiento y conocimiento mutuo entre la Iglesia y la comunidad judía aquí en nuestra ciudad y en España. Agradezco mucho la invitación de la directora, Mayte Rodríguez, a presidir esta celebración en el día de la fiesta de la Congregación de Nuestra Señora de Sión. Recordamos en este día la aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa a Alfonso Ratisbonne en 1842, en la Iglesia de Sant’Andrea delle Fratte en Roma, fundador, con su hermano Teodoro, de la Congregación religiosa a la que se encomendó este centro cuando lo erigió el Arzobispado de Madrid en 1972.


Estamos, queridos hermanos y amigos, viviendo un momento de gracia, un tiempo favorable, un kairós especial, para las relaciones entre la Iglesia y el pueblo judío que debemos saber aprovechar no solo por nuestro propio bien sino también cara a nuestra misión respecto a toda la humanidad. Después de la Shoah todos tenemos la firme determinación que algo así nunca más debe pasar. Esto significa vigilancia constante ante cualquier injusticia que se cometa contra una minoría, reconocimiento de la maldad que puede anidar en el corazón del hombre y de la mujer, intolerancia ante el odio, los prejuicios y las discriminaciones por motivos religiosos o de raza. Estas actitudes conviene renovarlas frecuentemente como haremos el próximo 27 de enero, aniversario de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau.

...D. Daniel Kutner, embajador de Israel en España;
D. Itsvan Benyhe, agregado de Cultura y Educación
de la embajada de Hungría en España...
La Shoah fue también la que entre otros factores llevó a la Iglesia a replantearse su forma de entender y relacionarse con el pueblo judío, ya que advertía el claro hecho de que la ideología nacionalsocialista podía haber encontrado un terreno fértil en la predicación cristiana sobre el judaísmo. Este replanteamiento dio como fruto ese documento tan importante del Concilio Vaticano II, la declaración Nostra aetate, de la que se cumplieron el pasado 28 de octubre 50 años de su promulgación. Es difícil exagerar el cambio que este documento supuso para las relaciones de la Iglesia con el judaísmo; por nuestra parte significó un no inequívoco e irrevocable a toda forma de antisemitismo, un sí nítido al reconocimiento de las raíces judías del cristianismo y a nuestro patrimonio común, un no claro a la doctrina de la maldición y reprobación del pueblo judío a causa de su presunta culpabilidad en la muerte de Jesús.

El cambio que supuso la declaración Nostra aetate se fue concretando con los años en otros documentos posteriores, en organismos que surgieron para el diálogo y el conocimiento mutuo, en reuniones de distinto tipo y en diversos actos, pero, sobre todo, como dijo el papa Francisco en el Templo Mayor de Roma el domingo pasado, en que de “enemigos y extraños hemos pasado a ser amigos y hermanos”. Es bueno recordar aquí algunos de los acontecimientos de estos últimos 50 años porque hacer memoria de ellos es también una forma de dar gracias a Dios en esta Eucaristía que estamos celebrando. Así los viajes a Tierra Santa de los papas, la petición de perdón que hizo Juan Pablo II, el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, las visitas a la sinagoga de Roma de los tres últimos papas, las conversaciones con el Gran Rabinado de Israel…


El papa Francisco en el Templo Mayor de Roma (17/1/2016)
Fuente de la imagen: elpuntero.com
Permitidme destacar tres acontecimientos más recientes que creo nos marcan una línea a seguir en este momento favorable que estamos viviendo de nuestras relaciones: la XXII reunión en octubre de 2013 del Comité Internacional de Enlace Judío Católico en Madrid que tuve el honor de organizar localmente con la inestimable ayuda de Carolina Aisen, secretaria de la Federación de las Comunidades Judías de España; el documento “Los dones y la llamada de Dios son irrevocables”, de la Pontificia Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, hecho público el 10 de diciembre de 2015 y la visita del papa Francisco al Templo Mayor de Roma del pasado domingo 17 de enero.

Lo que descubrimos en estos acontecimientos es que la relación entre la Iglesia y el pueblo judío es especialísima, de ahí la expresión “hermanos mayores” que utilizó Juan Pablo II, o “padres en la fe” de Benedicto XVI en la misma sinagoga de Roma. El resumen de nuestros avances teológicos de los últimos años lo podemos encontrar en esa afirmación del papa Francisco en el Templo Mayor de Roma de este domingo: “Los cristianos, para comprenderse a sí mismos, no pueden dejar de hacer referencia a las raíces judías, y la Iglesia, mientras que profesa la salvación por la fe en Cristo, reconoce la irrevocabilidad de la Antigua Alianza y el amor constante y fiel de Dios por Israel.”

Desde la Iglesia creo que tenemos que seguir profundizando en esta línea de la irrevocabilidad y
...D. Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israel; 
D. Mauricio Toledano, secretario general de la FCJE;
D. Gabriel Perry, presidente de la Comunidad Judía Bet-El...
perenne validez del pacto de Dios con Israel y lo que esto significa. En el documento de la Pontificia Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo del pasado 10 de diciembre se afirma: “La tierra nutricia de ambos, Judíos y Cristianos, es el Judaísmo del tiempo de Jesús. Éste no sólo originó al Cristianismo, sino también, tras la destrucción del Templo en el año 70, al Judaísmo rabínico post-bíblico, que desde entonces tuvo que sobrevivir sin el culto sacrificial, dependiendo exclusivamente para su desarrollo ulterior de la oración y la interpretación de la revelación divina tanto escrita como oral. Así Judíos y Cristianos tienen una misma madre y pueden ser considerados como si fueran dos hermanos que - como suele acontecer normalmente entre hermanos – se han desarrollado siguiendo direcciones diferentes” (n. 15).

Por otro lado, desde el Judaísmo habría que aclarar las posibilidades de un verdadero diálogo teológico con los cristianos. El año pasado tuve la suerte de participar en un encuentro en la Yeshiva University de Nueva York entre unos pocos obispos católicos, la mayoría franceses, y los profesores de esa universidad que es referencia para el judaísmo ortodoxo. Preguntamos en esa ocasión si seguía siendo válido para ellos lo que había escrito en 1964 el famoso rabino y profesor de esa universidad Joseph Soloveitchik, en su conocido ensayo Confrontation (pdf en inglés), es decir, que el diálogo teológico con los cristianos no es posible. El profesor David Berger, hablando en representación del claustro de la universidad, nos dijo que sí, que para ellos seguía vigente, que podemos y debemos hacer muchas cosas juntos por el bien de la humanidad, pero de teología y escatología no podemos hablar, porque en el fondo la experiencia religiosa de cada cual es incomunicable y hablar de ella supone un peligro de contaminación: En un documento reciente del pasado 3 de diciembre, que va en una línea diferente y que muchos rabinos también ortodoxos firmaron, se reconoce los cambios que han tenido lugar en estos años  en la actitud de la Iglesia y se afirma, citando a Maimónides, que el surgimiento de la Iglesia no debe ser considerado como un accidente o un error, sino como algo querido por Dios y un don para las naciones. Creo que debemos juntos seguir profundizando y hablado de esto, también en lugares como este Centro de Estudios Judeo-Cristianos de Madrid, para conocernos mejor a nosotros mismos y al otro.

Evidentemente, junto al diálogo teológico, debemos también llevar adelante nuestro compromiso a
....D. Raphael Benatar, secretario y portavoz de la CJM;
D. Ricardo Iglesias, jefe de Relaciones externas
del Ayuntamiento de Madrid...
favor del mundo, como tarea que el Creador nos ha confiado. Así debemos custodiar nuestra casa común, defender toda vida humana que reconocemos sagrada y luchar por la justicia y la paz. En este sentido es mucho de agradecer lo que la comunidad judía está haciendo en favor de los cristianos perseguidos.


Concluyo, hermanos y amigos, dirigiendo nuestra atención a la Palabra de Dios que ha sido proclamada. Para nosotros, los cristianos, la profecía de Isaías de la primera lectura se cumple con la venida de Jesús, Mesías e Hijo de Dios. En él, en su hora, en su sangre derramada en la cruz, se establece la nueva alianza, en la que Dios se desposa con su pueblo. En el episodio de las bodas de Caná, anticipando su hora por petición de su Madre en el signo del vino, Jesús se manifiesta como el verdadero esposo de la Iglesia, representada por sus discípulos y María. Pero este nuevo pueblo de Dios, nace del antiguo, no lo sustituye ni lo reemplaza, y la relación entre ambos forma parte de los misteriosos designios de Dios y de la hora futura que Dios tiene prefijada.


Muchas gracias. 

martes, 16 de febrero de 2016

Ecumenismo y diálogo interreligioso


Comparto aquí, para los lectores de este blog, dos entrevistas que me hicieron sobre la unidad de los cristianos y el diálogo interreligioso.

1. En el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos  2016, participé en el programa Periferias de 13TV para hablar de ecumenismo y unidad de los cristianos y de la visita del papa Francisco a la Sinagoga de Roma del 17 de enero 2016: http://videos.13tv.es/video/?videoId=e-1101.




2. Con ocasión del 50 aniversario de la promulgación de la Declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II  y de un acto que se celebró en la Conferencia Episcopal Española para conmemorar tal efeméride (fotos), se me realizó una entrevista en el programa Últimas preguntas de Radio Televisión Española, dirigido por M. Ängles Fernández, que se emitió el 20 de diciembre de 2015. En él hablé del diálogo interreligioso, de los progresos que se han dado en los últimos 50 años y de su importancia a la luz de los de los atentados terroristas que han tenido lugar en Europa y de los conflictos en distintas partes del mundo:  http://rtve.es/v/3415492.