jueves, 17 de marzo de 2016

Judíos y católicos: De enemigos y extraños a amigos y hermanos

Homilía en la festividad de la Congregación de Nuestra Señora 
de Sión en el Centro de Estudios Judeo–Cristianos de Madrid
20 de enero 2016

Lecturas: Isaías 62, 1-5; Salmo 95; Juan 2, 1-11

Queridos amigos y hermanos:

Saludo muy cordialmente a las autoridades y a los miembros de la comunidad judía presentes en esta
Entre otros, estuvieron presentes en la celebración: D. Isaías Barroso,
director del CEJC; D. José Miguel García, director del
Secretariado de la CEE para la Educación y la Catequesis...  
celebración, a los sacerdotes concelebrantes, a las personas ligadas a este Centro de Estudios Judeo-Cristianos de Madrid, que lleva ya más de 40 años realizando una labor encomiable de acercamiento y conocimiento mutuo entre la Iglesia y la comunidad judía aquí en nuestra ciudad y en España. Agradezco mucho la invitación de la directora, Mayte Rodríguez, a presidir esta celebración en el día de la fiesta de la Congregación de Nuestra Señora de Sión. Recordamos en este día la aparición de la Virgen de la Medalla Milagrosa a Alfonso Ratisbonne en 1842, en la Iglesia de Sant’Andrea delle Fratte en Roma, fundador, con su hermano Teodoro, de la Congregación religiosa a la que se encomendó este centro cuando lo erigió el Arzobispado de Madrid en 1972.


Estamos, queridos hermanos y amigos, viviendo un momento de gracia, un tiempo favorable, un kairós especial, para las relaciones entre la Iglesia y el pueblo judío que debemos saber aprovechar no solo por nuestro propio bien sino también cara a nuestra misión respecto a toda la humanidad. Después de la Shoah todos tenemos la firme determinación que algo así nunca más debe pasar. Esto significa vigilancia constante ante cualquier injusticia que se cometa contra una minoría, reconocimiento de la maldad que puede anidar en el corazón del hombre y de la mujer, intolerancia ante el odio, los prejuicios y las discriminaciones por motivos religiosos o de raza. Estas actitudes conviene renovarlas frecuentemente como haremos el próximo 27 de enero, aniversario de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau.

...D. Daniel Kutner, embajador de Israel en España;
D. Itsvan Benyhe, agregado de Cultura y Educación
de la embajada de Hungría en España...
La Shoah fue también la que entre otros factores llevó a la Iglesia a replantearse su forma de entender y relacionarse con el pueblo judío, ya que advertía el claro hecho de que la ideología nacionalsocialista podía haber encontrado un terreno fértil en la predicación cristiana sobre el judaísmo. Este replanteamiento dio como fruto ese documento tan importante del Concilio Vaticano II, la declaración Nostra aetate, de la que se cumplieron el pasado 28 de octubre 50 años de su promulgación. Es difícil exagerar el cambio que este documento supuso para las relaciones de la Iglesia con el judaísmo; por nuestra parte significó un no inequívoco e irrevocable a toda forma de antisemitismo, un sí nítido al reconocimiento de las raíces judías del cristianismo y a nuestro patrimonio común, un no claro a la doctrina de la maldición y reprobación del pueblo judío a causa de su presunta culpabilidad en la muerte de Jesús.

El cambio que supuso la declaración Nostra aetate se fue concretando con los años en otros documentos posteriores, en organismos que surgieron para el diálogo y el conocimiento mutuo, en reuniones de distinto tipo y en diversos actos, pero, sobre todo, como dijo el papa Francisco en el Templo Mayor de Roma el domingo pasado, en que de “enemigos y extraños hemos pasado a ser amigos y hermanos”. Es bueno recordar aquí algunos de los acontecimientos de estos últimos 50 años porque hacer memoria de ellos es también una forma de dar gracias a Dios en esta Eucaristía que estamos celebrando. Así los viajes a Tierra Santa de los papas, la petición de perdón que hizo Juan Pablo II, el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, las visitas a la sinagoga de Roma de los tres últimos papas, las conversaciones con el Gran Rabinado de Israel…


El papa Francisco en el Templo Mayor de Roma (17/1/2016)
Fuente de la imagen: elpuntero.com
Permitidme destacar tres acontecimientos más recientes que creo nos marcan una línea a seguir en este momento favorable que estamos viviendo de nuestras relaciones: la XXII reunión en octubre de 2013 del Comité Internacional de Enlace Judío Católico en Madrid que tuve el honor de organizar localmente con la inestimable ayuda de Carolina Aisen, secretaria de la Federación de las Comunidades Judías de España; el documento “Los dones y la llamada de Dios son irrevocables”, de la Pontificia Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, hecho público el 10 de diciembre de 2015 y la visita del papa Francisco al Templo Mayor de Roma del pasado domingo 17 de enero.

Lo que descubrimos en estos acontecimientos es que la relación entre la Iglesia y el pueblo judío es especialísima, de ahí la expresión “hermanos mayores” que utilizó Juan Pablo II, o “padres en la fe” de Benedicto XVI en la misma sinagoga de Roma. El resumen de nuestros avances teológicos de los últimos años lo podemos encontrar en esa afirmación del papa Francisco en el Templo Mayor de Roma de este domingo: “Los cristianos, para comprenderse a sí mismos, no pueden dejar de hacer referencia a las raíces judías, y la Iglesia, mientras que profesa la salvación por la fe en Cristo, reconoce la irrevocabilidad de la Antigua Alianza y el amor constante y fiel de Dios por Israel.”

Desde la Iglesia creo que tenemos que seguir profundizando en esta línea de la irrevocabilidad y
...D. Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israel; 
D. Mauricio Toledano, secretario general de la FCJE;
D. Gabriel Perry, presidente de la Comunidad Judía Bet-El...
perenne validez del pacto de Dios con Israel y lo que esto significa. En el documento de la Pontificia Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo del pasado 10 de diciembre se afirma: “La tierra nutricia de ambos, Judíos y Cristianos, es el Judaísmo del tiempo de Jesús. Éste no sólo originó al Cristianismo, sino también, tras la destrucción del Templo en el año 70, al Judaísmo rabínico post-bíblico, que desde entonces tuvo que sobrevivir sin el culto sacrificial, dependiendo exclusivamente para su desarrollo ulterior de la oración y la interpretación de la revelación divina tanto escrita como oral. Así Judíos y Cristianos tienen una misma madre y pueden ser considerados como si fueran dos hermanos que - como suele acontecer normalmente entre hermanos – se han desarrollado siguiendo direcciones diferentes” (n. 15).

Por otro lado, desde el Judaísmo habría que aclarar las posibilidades de un verdadero diálogo teológico con los cristianos. El año pasado tuve la suerte de participar en un encuentro en la Yeshiva University de Nueva York entre unos pocos obispos católicos, la mayoría franceses, y los profesores de esa universidad que es referencia para el judaísmo ortodoxo. Preguntamos en esa ocasión si seguía siendo válido para ellos lo que había escrito en 1964 el famoso rabino y profesor de esa universidad Joseph Soloveitchik, en su conocido ensayo Confrontation (pdf en inglés), es decir, que el diálogo teológico con los cristianos no es posible. El profesor David Berger, hablando en representación del claustro de la universidad, nos dijo que sí, que para ellos seguía vigente, que podemos y debemos hacer muchas cosas juntos por el bien de la humanidad, pero de teología y escatología no podemos hablar, porque en el fondo la experiencia religiosa de cada cual es incomunicable y hablar de ella supone un peligro de contaminación: En un documento reciente del pasado 3 de diciembre, que va en una línea diferente y que muchos rabinos también ortodoxos firmaron, se reconoce los cambios que han tenido lugar en estos años  en la actitud de la Iglesia y se afirma, citando a Maimónides, que el surgimiento de la Iglesia no debe ser considerado como un accidente o un error, sino como algo querido por Dios y un don para las naciones. Creo que debemos juntos seguir profundizando y hablado de esto, también en lugares como este Centro de Estudios Judeo-Cristianos de Madrid, para conocernos mejor a nosotros mismos y al otro.

Evidentemente, junto al diálogo teológico, debemos también llevar adelante nuestro compromiso a
....D. Raphael Benatar, secretario y portavoz de la CJM;
D. Ricardo Iglesias, jefe de Relaciones externas
del Ayuntamiento de Madrid...
favor del mundo, como tarea que el Creador nos ha confiado. Así debemos custodiar nuestra casa común, defender toda vida humana que reconocemos sagrada y luchar por la justicia y la paz. En este sentido es mucho de agradecer lo que la comunidad judía está haciendo en favor de los cristianos perseguidos.


Concluyo, hermanos y amigos, dirigiendo nuestra atención a la Palabra de Dios que ha sido proclamada. Para nosotros, los cristianos, la profecía de Isaías de la primera lectura se cumple con la venida de Jesús, Mesías e Hijo de Dios. En él, en su hora, en su sangre derramada en la cruz, se establece la nueva alianza, en la que Dios se desposa con su pueblo. En el episodio de las bodas de Caná, anticipando su hora por petición de su Madre en el signo del vino, Jesús se manifiesta como el verdadero esposo de la Iglesia, representada por sus discípulos y María. Pero este nuevo pueblo de Dios, nace del antiguo, no lo sustituye ni lo reemplaza, y la relación entre ambos forma parte de los misteriosos designios de Dios y de la hora futura que Dios tiene prefijada.


Muchas gracias.