miércoles, 2 de mayo de 2012

¿Qué pastor estamos siguiendo? ¿Es un buen pastor?



Homilía 29 de abril 2012
Cuarto domingo de Pascua
XLIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Fuente de la imagen: arturosalerno.com 
Con frecuencia se nos critica a los cristianos, especialmente a los católicos, o se piensa de nosotros, que somos personas sin libertad, que siguen a pie juntillas lo que dice el papa o los obispos, como si fuéramos ovejas mansas y obedientes, sin personalidad propia. Y hoy se rechaza este rol de oveja al considerarlo opuesto a la idea de la modernidad, entendida como la época en que el hombre ha llegado a la mayoría de edad y puede y debe decidir por sí mismo respecto a su vida y a su destino. Sin embargo, si miramos con atención a nuestro alrededor, a nuestra sociedad, nos damos cuenta de todo lo contrario. Lo que caracteriza nuestro entorno es el fenómeno de la masificación, de que todos hacen y piensan más o menos lo mismo,  de que las personas están sujetas a todo tipo de manipulaciones, presiones y persuasiones ocultas y no tan ocultas. Así se siguen, sin pararse mucho a pensar, determinados modelos de bienestar y de felicidad que se proponen o imponen desde los mass media, modelos de conducta y de lo que es deseable, de lo que ‘hay que ser y hacer’, de lo que es bueno hablar, de que significa progreso, de lo que deberíamos sentir, de lo que es políticamente correcto e incorrecto, de donde debemos buscar la vida y felicidad, de lo que significa una vida plena y realizada... Y las personas siguen estos modelos con la angustia de que si no lo hacen se quedan atrás, se ‘desfasan’. Así las personas hacen lo que ‘hacen todos’ para no quedarse fuera de la foto. Si lo miramos bien, el hombre y la mujer de nuestro tiempo y de nuestra sociedad, - y quizás nosotros mismos también -  sí se parece a una oveja. Y si es una oveja, cabe preguntar inmediatamente: ¿quién es su pastor? Es un pastor bueno, que cuida de ella, que la ama, que busca su bien, que la conduce a buenas praderas, que la defiende de los lobos, o es un mercenario al que no le importan las ovejas y que sólo persigue su propio interés.

Fuente de la imagen:
maranatha.it
            Este domingo cuarto de Pascua se llama Domingo del Buen Pastor porque en él se nos proclama un pasaje del capítulo diez del evangelio de san Juan en el que el Señor usa esta imagen para hablar de sí mismo y de su relación con nosotros. Él es el buen pastor - o kalós, en griego - el pastor ‘noble’, ‘hermoso’, ‘bello’, y es hermoso porque de verdad le importan las ovejas, busca su bien, no es un asalariado; él da la vida por ellas. Además las conoce, las llama por nombre una a una, sabe lo que necesitan, de qué pie cojean. Entenderíamos quizás mejor esta imagen si nos retrotraemos a los tiempos de Jesús o si miramos a los pastores de los pueblos nómadas o seminómadas de hoy, como los beduinos. La relación entre el pastor y su rebaño es muy estrecha, casi personal, no es una relación meramente comercial e interesada; es una relación que se va fraguando a través de largas horas pasadas juntos en la soledad del desierto. También debemos tener en cuenta para interpretar bien esta imagen los textos del Antiguo Testamento que hacen referencia a ella, textos en los que Dios se lamenta de los malos pastores que explotan a su pueblo y en los que promete que será él mismo el que pastoreará a Israel. Jesús, de hecho, utiliza esta imagen en el contexto de la disputa con los fariseos después de haber curado el ciego de nacimiento. Al utilizarla reclama para sí un título mesiánico y quizás también veladamente alude a su divinidad.

A nosotros no nos importa que se nos considere ovejas de este pastor, más bien, todo lo contrario, nos honra. Sabemos que este pastor es bueno, que nos ama y nos quiere dar la vida en abundancia; es el que no lleva a los buenos pastos, el que quiere nuestro bien. En la medida en que los demás pastores de la Iglesia lo hacen presente, también los seguimos a ellos, desde el papa a nuestros obispos y sacerdotes. Reconocemos en su voz la suya y en su caridad pastoral la del único pastor. Los demás seguirán los pastores que quieran, o creerán falsamente ser autónomos y decidir por su cuenta. Nosotros sabemos en quien hemos puesto nuestra confianza.

Hay una frase que dice Jesús en el evangelio de hoy que no quiero pasar por alto, porque es muy importante. Jesús habla de ovejas que no son de este redil, que también las tiene que traer para que haya un solo rebaño y un solo pastor. Aquí encontramos el fundamento de la labor ecuménica e interreligiosa que llevan a cabo los cristianos y los hombres de buena voluntad. Hay ovejas del Señor que no forman parte visiblemente de la Iglesia Católica, ni tampoco de otras Iglesias y comunidades cristianas, y que sin embargo pertenecen al Señor y están llamadas en los tiempo de Dios, no en los nuestros, cuando y como él quiera, a formar parte del único redil. Redil que es mucho más amplio y variado de lo que nos imaginamos.

Hoy domingo del Buen Pastor celebramos también la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. En el cartel que ha realizado la Conferencia Episcopal Española para esta Jornada, se ve una playa en cuya arena hay una cruz y la frase: “Tú sabes que te quiero”. Es lo que le dice san Pedro al Señor resucitado a orillas del mar de Galilea cuando por tres veces le pregunta si le quiere. Es una frase que podemos repetir cada uno de nosotros. Por muchos errores que hayamos cometido, por muchas voces de otros pastores que hayamos obedecido, por muchas veces que le hayamos negado, podemos sinceramente decir: “Tú, Señor, sabes que te quiero”. Y a cada uno de nosotros el Señor nos da una orden como se la dio a Pedro, una misión. A algunos nos pide hacerle presente como buen pastor. Es una misión apasionante que tiene su fundamento en una relación de amor especial con el Señor. A otros les pide otras cosas, que sean un buen padre o una buena madre de familia, que hagan presente la buena noticia en sus ambientes…

            Pidamos hoy especialmente por las vocaciones sacerdotales que, como dice el papa en su mensaje para esta Jornada, son dones de la caridad de Dios. Dones que hemos de pedir sin desfallecer, como la viuda del evangelio.

1 comentario:

  1. He leido el comentario del Buen Pastor.le doy gracias al Señor que por su infinita misericordia pertenezco a su redil aunque no siempre he obedecido su voz,pero el no me ha dejado marcharme, con slicitud me ha atraido hacia El, Hago mi patición por todas las vocaciones nativas para que los buenos Pastores sigan aumentando y el reimo de Dios se haga una ealidad entre nosotros.

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