jueves, 1 de febrero de 2024

Santos como san Juan Bosco

 

Homilía en la Misa de inicio de Año 2024

de la Hermandad De Ntra. Sra. Del Rocío de Bruselas

y nombramiento como Hermano Honorario de D. Juan Manuel Moreno Bonilla, Presidente de la Junta de Andalucía y Vicepresidente del

Comité Europeo de las Regiones y Ciudades-

 

Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias del Sablon

Bruselas 31 de enero de 2024, Memoria de San Juan Bosco

 

 

 


Estimadas autoridades, queridos rocieros y devotos de la Virgen del Rocío, queridos amigos:

Nos reunimos aquí hoy en esta hermosa Iglesia de Nuestra Señora del Sablon de Bruselas para empezar un nuevo año, celebrar el 24 aniversario de la nominación de la Hermandad del Rocío de Bruselas como tal por la Hermandad Matriz de Almonte y de una forma muy especial para nombrar como Hermano Honorario a Don Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía y Vicepresidente del Comité Europeo de las Regiones y Ciudades, que nos honra con su presencia aquí esta tarde.

 

Mi tarea como sacerdote en esta celebración es sobre todo anunciar la buena noticia del evangelio, de ese Dios que se hace hombre en el vientre de María santísima para vivir una vida como la nuestra y rescatarnos por su amor del sin-sentido, del miedo, del pecado y de la muerte, de todo eso que nos impide vivir nuestra vida como Dios la había pensado y soñado para nosotros.

 

Me voy a ceñir a la celebración de hoy y a las lecturas que acabamos de escuchar. Hoy es el 31de enero y la Iglesia recuerda un gran santo italiano, San Juan Bosco, fundador de los salesianos y gran apóstol de los jóvenes. En la Turín del siglo XIX, marcada por los cambios políticos, la industrialización, la urbanización y la presencia de masas de jóvenes y niños pobres y explotados, supo darse cuenta de ello, supo mirar con los ojos y el corazón de Dios, discernir los signos de los tiempos, como dice el Concilio y el Papa Francisco, y se puso manos a la obra desarrollando una propuesta educativa que vendría a llamarse “sistema preventivo”, basada en mostrar a los jóvenes la belleza de las virtudes.

 


También en los tiempos de hoy, de grandes cambios e incertidumbres, de guerras y conflictos, de desigualdades e injusticas, de falta de valores objetivos reconocidos por todos, de relativismo y posverdad como los califican algunos, nuestra sociedad y la Iglesia necesitan santos como Don Bosco, personas que sepan mirar la realidad con los ojos y el corazón de Dios y discernir lo que Dios nos pide en este momento histórico y ponernos, sin tardar, manos a la obra. Don Bosco fue un sacerdote, pero hay muchos santos en nuestros altares, y quizás también cercanos a nosotros -los santos de la puerta de al lado, los llama el Papa- que son hombres y mujeres laicos, ni sacerdotes, ni religiosos, que viven su entrega a Dios y al prójimo en la vida civil y matrimonial, en sus compromisos políticos y sociales, en su apostolado y servicio a los más pobres, en su trabajo y estudio. Uno de ellos, que es muy significativo para mí como Secretario General de la Comisión de Obispos de la Unión Europea es Robert Schuman, uno de los Padres Fundadores de la Unión Europea, que ha sido declarado venerable en 2021 por el Papa Francisco, es decir que ha subido el primer peldaño y el más importante para ser declarado santo. No me cabe ninguna duda de que su unión con el Señor lo llevó a entender que, después de las terribles guerras mundiales, había que crear un futuro distinto para nuestro continente, un futuro de paz y de libertad, había que arriesgarse y hacer algo nuevo, dar un salto al vacío, crear una alianza entre los dos enemigos históricos, Francia y Alemania que hiciera imposible otra guerra en Europa.  Y así lo propuso en su famoso discurso del 9 de mayo de 1950. Como Schuman, el Señor nos llama a todos a ser santos, a tener un corazón y una mirada como la del Señor y de María, a saber ver los dolores y sufrimientos de nuestros hermanos y hermanas, pero también sus alegrías y esperanzas, a hacerlas nuestras, y discernir lo que Dios nos pide hacer hoy.

 

Las lecturas de hoy hacen referencia a distintos aspectos de la vida de Don Bosco. La primera lectura nos señala tres características del santo: su alegría, su enseñanza sobre las virtudes y su ejemplo. Así san Pablo en esta hermosa carta que a los Filipenses dice: ‘Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres”. San Juan Bosco era un hombre alegre, pero no de una alegría superficial que no tomara en serio el gran sufrimiento que existía a su alrededor, sino de una alegría que viene de estar unido al Señor. El apóstol mismo así lo indica diciendo que hay que estar alegres “en el Señor”. El motivo de nuestra alegría no es que la cosas nos vayan bien según los criterios del mundo, sino la fuente de nuestra alegría es la unión con el Seños, una unión que nada ni nadie nos puede quitar. “Nada nos separará del amor de Dios” dice Pablo en otra de sus cartas.  Pablo también nos invita a tener en cuenta “todo lo que es verdadero, noble y justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito”. Es lo que hizo Don Bosco con los jóvenes, mostrarles la belleza de las virtudes, de una vida buena. Por último, Pablo invita a los Filipenses a seguir su ejemplo: “Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra”. Esto es lo que hizo también Don Bosco como todos los santos, enseñar más con el ejemplo que con la palabra. Hoy también, como decía el Papa Pablo VI, ‘el mundo necesita de testigos más que de maestros’.



El Salmo nos habla de la ternura: “Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles; porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro”. Esta también era la actitud de Don Bosco con sus jóvenes, la ternura y la compasión. Solo así podía ayudarlos. El sentir ternura y compasión por nuestro prójimo, sobre todo cuando lo está pasando mal, como hace el buen samaritano en la parábola, es “tener los mismos sentimientos de Jesús”, es parte de nuestra identidad cristiana y quizás también humana, porque la fraternidad humana es una llamada para todo ser humano.

 

Para comentar el evangelio que nos habla del cariño y aprecio que Jesús tenía por los niños, permitidme una pequeña nota personal. Yo tuve la suerte de conocer a un gran santo, ‘andaluz de adopción’, de nuestros tiempos, al hermano Adrian del Cerro, “el limosnero de Dios”, recientemente declarado también venerable. Venía con frecuencia a mi parroquia de Madrid por tener familia en el barrio. Nació en Toledo, pero vivió la mayor parte de su vida en Jerez de la Frontera donde era muy amado y donde murió en 2015. Entró en la Orden de los Hospitalarios y se dedicó en el Hospital de la Orden en Jerez a atender a los niños afectados de poliomielitis y tuberculosis, para los que pedía limosna por toda la ciudad. Bastaba verlo cuando venía por mi parroquia para darse cuenta de su entrega y alegría profunda y contagiosa, de su sencillez, de su mirar con el corazón de Dios y darse cuenta del sufrimiento a su alrededor y ponerse enseguida manos a la obra para ayudar.

 


Queridos hermanos y hermanas: Don Bosco tenía una devoción especial a la Virgen, Él la veneraba en espacial como María Auxiliadora de los Cristianos, la Madre que ha estado siempre cerca de su pueblo en momentos difíciles prestando su auxilio. La devoción a María Auxiliadora es parte central del carisma de los salesianos. También nosotros aquí tenemos una especial devoción a María, a la Virgen del Rocío, a la Blanca Paloma, a la “sin pecado”. María es la que nos lleva a Jesús, la que nos cuida y protege, la que nos enseña a vivir el evangelio, la Reina de nuestras vidas y de nuestras tierras. El Papa San Juan Pablo II dijo de España que era “la tierra de María”. A ella nos encomendamos hoy. Le encomendamos el país que nos acoge, Bélgica, pero también España, el país de muchos de nosotros, que atraviesa por momentos difíciles y confusos. A la Blanca Paloma encomendamos también la Hermandad del Rocío de Bruselas y la Hermandad Matriz de Almonte. De un modo especial hoy, a Maria, la Virgen del Rocío, queremos encomendar al nuevo hermano honorario de la hermandad de Bruselas, Don Juan Manuel Moreno Bonilla. ¡Qué la Virgen del Rocío nos cuide a todos nosotros!

¡Viva la Virgen del Rocío!

¡ Viva la Blanca Paloma!

¡Viva la Madre de Dios!

¡Amén!

 

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