Homilía 20 de enero 2013
II domingo del Tiempo Ordinario (ciclo C)
Semana de Oración la Unidad de los Cristianos
Memoria de san Fructuoso de Tarragona,
obispo y mártir,
y de sus diáconos, santos Augurio y Eulogio,
mártires
Hoy,
20 de enero, celebramos la memoria del santo mártir Fructuoso, obispo de
Tarragona a mediados del siglo III, y de sus dos diáconos, Augurio y Eulogio,
que murieron quemados en el anfiteatro de aquella ciudad al no acatar la orden
del emperador Valeriano que mandaba a todos los jefes de las Iglesia que
ofreciesen sacrificios a las divinidades del Imperio. Conservamos las Actas de
su martirio que son un testimonio valioso de la vida cristiana en la España
romana. En ellas se cuenta como el santo obispo, al subir a la hoguera con
rostro sereno, a uno que le pedía que rezara por él, le contestó: “Yo debo orar
por la Iglesia católica que se extiende de Oriente a Occidente”. San Agustín,
comentando estas palabras, explica que san Fructuoso no le negó su intercesión
a quien se la pedía, sino que le advertía de que si quería que rezase por él en
aquella hora, ‘que no se separase de aquella por la que pedía en su oración’,
es decir, de la Iglesia. Estos mártires vivieron con coherencia su fe en un
tiempo en el que la Iglesia estaba unida, era una, antes de que comenzaran los
cismas y las divisiones de los siglos posteriores. Por eso estas palabras de
san Fructuoso son muy significativas para nosotros hoy, en esta Semana de
Oración por la Unidad de los Cristianos que comenzó el pasado 18 de enero y que
se clausurará el 25, fiesta de la conversión de san Pablo. Aunque puede que en
España no sintamos de modo tan acuciante el dolor por la desunión de los
cristianos como en otros países, queremos rezar por la Iglesia católica,
universal, que se extiende de Oriente a Occidente, como lo hacía el santo
obispo de Tarragona.
Bodas de Caná - P. Rupnik (Centro Aletti) Iglesia de Ntra. Sra. del Pozo (Líbano) centroaletti.com |
La Semana de
Oración por la Unidad de los Cristianos se viene celebrando desde 1908 por la
mayoría de los creyentes en Cristo de las distintas Iglesias y comunidades
cristianas esparcidas por el mundo. Según la famosa expresión del abad
Couturier, oramos por “la unidad que Cristo quiere, por los medios que él
quiere”. Esta iniciativa nace de la constatación de que la división entre los
cristianos contradice claramente la voluntad del Señor y es un escándalo para
los no creyentes y, por tanto, un impedimento para la evangelización. También
surge de la toma de conciencia cada vez más clara que la unidad es un don y que
necesitamos de la ayuda del Señor para llegar a ella, ya que hay obstáculos que
somos incapaces de superar con nuestras solas fuerzas. Jesús rezó por la unidad
de sus discípulos y de todos los creyentes en su última cena: “No solo por
ellos ruego, sino también por los que crean en mi por la palabra de ellos, para
que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sea
uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”
(Jn 17, 20-21). Vinculó de este modo la unidad visible de sus
discípulos con la credibilidad de su testimonio. Desde 1975 los materiales para
la Semana de Oración los elabora un grupo local y los asume después como
propios el Consejo Mundial de las Iglesias y el Pontificio Consejo para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos. Los materiales de este año han sido
elaborados por el Movimiento Estudiantil Cristiano de la India. Los han
realizado teniendo presente la situación de grave injusticia hacia los dalits, los que son excluidos por el sistema
de las castas, y nos invitan a reflexionar sobre lo “que exige el Señor de nosotros”.
Un texto del profeta Miqueas nos da la respuesta: Más allá de los actos de
culto y de los sacrificios, se nos pide “respetar el derecho, practicar con
amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios”. La búsqueda de la
unidad de los cristianos pasa por el respeto del derecho, la práctica de la misericordia
y el caminar humildemente con Dios.
Detalle de las tinajas |
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